De chica fui muy curiosa e inquieta, empezaba varias actividades y no las terminaba, siempre estaba en busca de algo más, desde muy pequeña me atrajo lo místico y tenía muchos momentos de silencio interior en donde pensaba sobre el sentido de la vida, sobre el sufrimiento, la violencia y cómo se podía vivir mejor. Escribía mucho, volcaba todos esos pensamientos en un papel y ésa era una manera de expandirme, de soltarme.

Hasta que conocí el yoga, o el yoga me descubrió a mí. Un día caminaba por la calle y vi un cartel que decía “El yoga puede cambiar tu vida” y entré, me invitaron a probar una clase y me enamoré, desde ese primer día sentí que esto era para mí, y de repente todo lo que buscaba podía resumirse en esa práctica. Tomé un mes de clases y luego comencé a estudiarlo en profundidad. En ese momento estudiaba Comunicación Social, sólo me faltaban una pocas materias para terminar y decidí dejarla para dedicar toda mi energía en el estudio del Yoga.

Desde ese día nunca dejé de estar en contacto con esta maravillosa disciplina, a diferencia de todas las otras actividades que empezaba y no terminaba, el yoga hizo que no pudiera dejarlo más.

Ya llevo más de 12 años en este camino. Mi formación comenzó con la Federación Argentina de Yoga, donde hice el Instructorado y Profesorado de Yoga Integral. Allí también hice las especialidades de Terapéutico, Dinámico, Vinyasa (en Mendoza). Todos ellos estilos complementarios que fueron formando un amplio abanico en las posibilidades de enriquecer mi práctica y lo que comparto en mis clases.

Luego llegó el turno de experimentar con Acroyoga, que llegó a Mendoza de la mano de una maestra y amiga, Coni Guevara, hace ya unos seis años. Esta exploración me llevó a formarme en México y también a profundizar a través de varias formaciones en la disciplina del Masaje Tailandés, con Yves Delattre, maestro de Bélgica formador en Canadá, Tailandia y Europa (Thai Massage School of Chiang Mai).

Sentí un gran interés y curiosidad cuando me reencontré con Kundalini Yoga. Digo esto porque lo conocí en el Bolsón y luego en Mendoza no lo volví a encontrar. Pasaron unos años para volver a conectar con estas enseñanzas a través de la Maestra Surya Kaur. Luego de experimentar con ella en mi espacio de Yoga sus enseñanzas, consejos y amistad, me impulsó a formarme en Córdoba, bajo la certificación Internacional del KRI Kundalini Research Institute.

En esta última etapa he estado profundizando y formándome en Yoga para niños y en Yoga Pre y Post Natal, Gestación, Parto consciente y Doula con Apolonia Sol Bernabeu en la Ciudad de Santiago, Chile. Otros estudios y cursos en este recorrido son Diksha Giver (Oneness Deeksha Giver), Terapias de Spa y Pilates. Actualmente curso la formación en Pedagogía Waldorf y Astrología en Mendoza.

Este recorrido con seguridad continúa, y es mi fuente de inspiración que comparto con placer y me conecta profundamente con mi propósito.